Caida viga carpa cerveza – Heraldo de Aragon 04-12-2016

La policía concluye que la viga de la carpa de la cerveza cayó porque faltaban varias piezas

La víctima, pendiente de dos operaciones

Elena 0. R. de 37 anos, sufrió un gravísimo traumatismo craneoencefálico a consecuencia del golpe de la viga que le cayó encima. La mujer tuvo la suerte de que en el lugar del accidente un médico le atendió inmediata­mente, pues, según recoge la policía en su informe, se produ­jo un «considerable retraso» en la comunicación del incidente a las autoridades sanitarias. Tras pasar varios días en la unidad de cuidados intensivos y ser in­tervenida quirúrgicamente, su evolución fue buena, pero aún le quedan pendientes dos inter­venciones para reconstruir el cráneo. Su vida ha dado un vuelco desde el accidente y tie­ne por delante una dura recuperación. Su familia, por medio de sus abogados, Alberto Cervera Corbatón y Oscar Frontiñán Meijón, desean dar las gracias al médico que inicialmente la atendió cuando se produjo el suceso, y le salvó la vida. Además, quieren agradecer a todo el personal del Hospital Clínico -médicos, enfermeras, auxilia­res- el trato «maravilloso» que han tenido con ella y su familia, como tarnbién lo tuvieron los agentes de la policía judicial y la local. M. G. C.

Los agentes aprecian deficiencias en el mantenimiento de la estructura, lo que causo que el 8 de octubre una riostra de 4,90 metros hiriera de gravedad a una mujer

ZARAGOZA. El informe de la Policía no deja lugar a dudas: la vi­ga o riostra de 4,90 metros de lon­gitud de la carpa de la cerveza que cayó el pasado 8 de octubre desde una altura de 5,70 metros sobre una mujer a la que hirió gravemente, se desprendió por las deficiencias de montaje y de mantenimiento de los materiales. El deterioro de unos y la ausen­cia de determinadas vigas origi­nó un aumento de las tensiones que la pieza metálica que sujeta­ba la riostra no soportó. Al romperse, la viga se balanceó hasta el punto de que un extremo se salió de su punto de apoyo y terminó cayendo al suelo y alcanzando en la cabeza a Elena O. R. de 37 años.

Así se lo trasladó la Policía Científica al juez Rafael Lasala, encar­gado de investigar el siniestro ocu­rrido en la Oktoberfest de Valdes­partera el 8 de octubre, el día que comenzaban las pasadas fiestas del Pilar. El instructor ya ha toma­do declaración a tres supuestos responsables del percance: el or­ganizador del evento, L G. S.; el je­fe de mantenimiento, P. P. C., y el ingeniero técnico, S. E. F.

Los dos primeros reconocieron en su declaración que faltaban vi­guetas, aunque puntualizaron que, a su juicio, no pasaba nada y que su ausencia, siempre que no supe­rara un 10%, «no influía en la se­guridad de la carpa», opinión que compartió el ingeniero técnico que certificó que la instalación cumplía todos los requisitos que exige la normativa.

Faltaban 11 vigas

Los agentes de la Policía Científica que hicieron la inspección ocular de la carpa tras el acciden­te observaron, y así se lo comunicaron al magistrado, que faltaban 11 vigas o riostras de las 288 que debía de tener la estructura. Además, 6 de esas 11 faltaban de la misma fila en la que se encontra­ba la que cayó. Como explican los policías, si se tiene en cuenta que en el espacio siguiente al tramo siniestrado tampoco había viga y que en el vano de ésta había an­cladas una de las llamadas cruces de San Andrés (tirantes metálicos), la consecuencia fue que en ese punto las fuerzas no estaban equilibradas. «En lugar del em­puje en sentidos contrarios por la acción combinada de tirante metálico y riostra, por ausencia de esta ultima solo actuaba el tiran­te citado o cruz de San Andrés», recoge el informe policial.

Es decir, que para los agentes, la causa final de la caída pudo producirse por ese exceso de ten­siones que tuvo que soportar la pieza (llamada omega) que suje­taba la viga, sumado a los «defec­tos de mantenimiento evidentes» del resto de la carpa. Entre ellos, y además de la falta de riostras y omegas, citan remaches rotos y ausencia de tornillos.
La investigación reveló también que, a pesar de lo anterior, la es­tructura de la carpa era estable y que en ningún momento se temió por la caída de la estructura. De hecho, según explicó el ingenie­ro, esas viguetas no son elemen­tos estructurales y su función es evitar que la lona se combe hacia abajo en caso de lluvia o nieve.

La encargada del montaje y explotación de la carpa de la Okto­berfest era la empresa Infraes­tructura y Desarrollo de Espectáculos y Acontecimientos (Idea S. L.). Su responsable, L. G. S., de­claró ante el juez que la compró en dos fases, la primera en 2000 y la segunda en 2005. Explicó que la fábrica no les hizo ninguna especificación sobre la duración de los materiales, aunque subrayó que éstos son de «duración inde­finida» puesto que «el aluminio no tiene corrosión».

Veinte años en el mercado

L.G.S. añadió que la fabrica tam­poco les indicó nada sobre las omegas y orejas que pudieran desprenderse por agotamiento de los remaches, y que éstos se comprueban en todos los monta­jes a «simple vista». En su defen­sa, manifestó que llevan más de 20 años en el mercado, habrán montado más de 9.000 carpas y es la primera vez que se les ha caído una riostra una vez monta­da la carpa.

El ingeniero técnico que certi­ficó la obra recogió en su informe que todos los trabajos se habían ajustado a las normas de seguri­dad en caso de incendio, a la ley de espectáculos de menores, al reglamento de Policía y al pro­yecto de instalación técnico. Re­flejó, además, que las modifica­ciones habidas se habían llevado a cabo bajo su «dirección y con­sentimiento».

El responsable de la oficina del Ayuntamiento de Zaragoza donde se tramitan las autorizaciones para este tipo de instalaciones de­claró que su supervisión es de la «documentación» que aporta el técnico correspondiente. También debe comprobar que se aporten todos los certificados, aunque, puntualizó, «no tienen que comprobar si tal certificado se ajusta a la realidad». Añadió que los ingenieros de bomberos revisan los certificados.

Las declaraciones ante el Juez

Propietario de la carpa, L. G. S.: En su interrogatorio reconocía que a la carpa le fal­taban «unas cuantas vigue­tas». Indicó que la estructura tiene 15 años y que esas rios­tras «han ido faltando» a lo largo de ese tiempo. Admitió que durante esos 15 años la revisión que se ha hecho es la «visual» que se efectúa en ca­da montaje. En su descargo, dijo que la decisión final de abrir es suya pero no puede hacerlo si no tiene los infor­mes favorables del ingeniero y de bomberos. Añadió que lo que él vio, lo pudo ver policía nacional, policía local, bombe­ros, ayuntamiento y todo el mundo que pasó por allí.

Jefe de montaje, P. P. C.: Aunque relató que la carpa se levanta de acuerdo con el ma­nual y que un técnico les indi­ca cómo va, añadía que esas explicaciones se las daría en el 2000, cuando empezó a tra­bajar en Idea S. L., la propieta­ria. Desde entonces, explicó, no ha revisado el manual pues ya lo sabe por el tiempo que lleva montando carpas. Al ser preguntado sobre si el manual de montaje indica que se pue­de armar la carpa si faltan vi­guetas, respondió que lo desconocía, pero que «el técnico» le dijo que «si» que se podía montar. Señaló que tanto él, como su jefe y el ingeniero vie­ron que faltaban viguetas.

Ingeniero Técnico, S. E. F.: Contratado por la empresa Idea S. L., el ingeniero declaró que su misión no es supervi­sar los elementos de los que consta la carpa, sino salidas de incendios, evacuación, afo­ro… Dijo que su labor comien­za cuando la estructura está levantada y debe revisar si está anclada al suelo y si las cruces de San Andrés están bien colocadas, pues son los elementos que evitan que salga volando. Alegó en su de­fensa que su cometido no es comprobar si están todas las viguetas y que todo fue super­visado por Bomberos y Policía Local, «sin que pusieran obje­ción alguna».

Fuente: Heraldo de Aragón

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